John Ashbery

REFLEJOS DE POESÍA: John Ashbery
Declinar a la tentación de explicar los versos de sus poesías uno por uno, que le siguen al año 1975 (1977 en Gran Bretaña) y el extenso poema Self-portrait in a convex mirror, constituyó la primera de las debilidades en la vanidad de su autor John Ashbery; sus bravatas para algunos seguidores aclamados significan resistirse a liquidar la más ínfima oportunidad novedosa de la creación; en otra parte están los que sin poder evitarlo se habían ido recuperando de la capacidad embellecedora del silencio y vieron que la experiencia estética les había servido siempre de mejor excusa para ser originales antes que la previsibilidad y las aprensiones; John Ashbery aprendió que los “agregados” se anulan con la misma velocidad con la que primero empiezan a resistirse.
La descripción del barroquismo en una pintura, hecha con las médulas de la influencia ibérica en el continente, y un cuadro del Parmegianino, reproducción del reflejo de un cristal convexo sirve de semblanza a la representación en la poesía y el desapego de lo representado por el hecho poético. El que lo hace acreedor en 1976 del premio Pulitzer;


¿Cuánto riesgo permanece en armados como los de
la realidad que a una broma se asemeja?
o

¿Se dice que recuperar herramientas viejas entre las personas que trabajan con la escritura que es valentía? ¿Es valentía o cortedad la insistencia con la que vemos que el poeta confirma la vigencia de algunas palabras o combinaciones? Es evidente que alguna capacidad especial de disfrutar la poesía disminuya cuando el creador se niega al juego de la convivencia de los versos y la puntuación de la escritura de corrido como también la preeminencia auditiva nos sale al encuentro antes de hacerse comunicable el más mínimo intercambio con ese poeta que se resiste a las otras poéticas. Otras poéticas son: la que plantea la creación como adición paisajista, paisajismo verbal, ampliación perceptiva del panorama, acotación del horizonte, y tal vez la más inadecua-daptada, ornamento simbólico, “fruto” de la contemplación y determinada actividad intelectual.
Cuando un número limitado de palabras puestas en líneas interrumpidas plantean preguntas acerca de la atención; cuando la interferencia que generan las expectativas de la propuesta que nos transforma en lectores nos lleva a cruzar los sentidos —los significados— por el caminito que va hasta el Palacio del Vacío Absoluto, es posible que el silencio termine pareciéndonos el recuerdo menos satisfactorio de la experiencia de la lectura, y renunciando a la poesía una vez más puede ser que empecemos a ver clara la explicación que nos fue negada.
No es peligrosa, y menos la versión de la poesía de Ashbury, pero “sirve”, cuida, cuando no se tiene una idea propia de lo que es “leer”, “Retrato sobre espejo convexo” puede proporcionarnos una distorsión mayor de nuestra imagen como lectores; puede ser que porque allí, muy acorde al momento en que vivió su confección, la poesía es un reflejo inexacto de quien la pronuncia.