Una cajita y celuloide en bruto

Tuve el honor de ver hace algunos años en algún seminario de estudiantes en la Casa de la Cultura de Avellaneda una propuesta que me pareció en principio un delirio. Hoy más que nunca estoy en lo cierto en que el tiempo y las ganas lo puede todo, y, además de darle valor, esos elementos esenciales de la vida humana se enaltecen cuando de ellos surge algún testimonio. En su oportunidad Malena Bystrowics presentaba sus esbozos de lo que sería su documental "Piqueteras", de la que además formaría parte de su producción Verónica Mastrosimone. En esos encuentros informales, organizados gracias a la paciencia de los profes de dicha institución, Verónica presentaba junto a su compañero de taller de fotografía, Esteban Widnicky, algo que al principio no me pareció más que un recurso pedagógico interesante. Se trataba de las fotografías estenopeicas, una serie de cajas de medicamentos provistos de celuloide virgen en su interior, a cuya cámara oscura se le formulaba una exposición lumínica y de la que acontecían impresiones "fotográficas" y "atmosféricas". Con el tiempo se ve que le agregaron lentes y esas cámaras viajaron hasta lugares ignotos para permitir un registro, bajo el tono de esta propuesta. Hoy, la delirante por fantástica propuesta está siendo presentada en la fotogalería del San Martín, es la segunda vez que lo hacen (la primera fue con fotos de la Amazonia virgen), con motivos extraidos con las estenopeicas por miembros de la comunidad toba de San Carlos, en la provincia de Formosa.

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