La escena shakespereana

Son en la actualidad dos, a falta de una diría el abuelo, las puestas que hasta mediados de marzo podrán disfrutarse, en la versión musical de Giuseppe Verdi subida al esce­nario de la Manofactura Papelera, en la calle Bolívar al 1500, y para el resto del año, a cargo de Martín Barreiro en la versión dramática del Teatro Del Convento.


por Oscar Assent

La saga de mujeres fatales, seguramente una de las constantes que cualquier investi­gador social corroboraría aún en la más primitiva de las sociedades, inaugurado en el ámbito local con la resonante y majestuosa –nunca mejor usado al respecto el término—con Crisitna Banegas, el drama de las ladies Macbeths, tiene en los escenarios de Bue­nos Aires una posibilidad única. Tal vez por la elocuencia de los textos de Gambaro, la legenda de las esposas ambiciosas, logró, junto a la siempre estratégica misión teatral del Complejo Teatral de Buenos Aires, el punto más alto en la tradición shakespereana de los últimos tiempos.

La compañía de Luis Camilión y Hugo Armoa, ambos provenientes del fructificador desempeño de las autoridades del Teatro Roma de la localidad de Avellaneda, presenta la versión operísitca de Macbeth. El programa de mano advierte ‘a mitad de camino entre Shakespeare y Verdi’, y puede que ello responda a la habilidad con que se inter­calan textos y cantos. Además de las brillantes actuaciones de Ernesto Bauer y Marcela Patulain, se destacan además Gabriela Zavaglia como Lady MAcduff y el maestro César Tello.

Por su parte, la Compañía dirigida por Martín Barreiro es expresión fidedigna del texto de William Shakespeare. La idea de este grupo excelente de profesionales escéni­cos, ampliamente aplaudida por la crítica como la mejor operación experimental sobre los guiones del bardo inglés, se va convirtiendo en referencia de la vena dramática más honda y profunda que el teatro universal haya conocido, y para regocijo del público argentino, se trata de un fenómeno más que engalana la escena nacional.

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