CAOS EN LOS SERVICIOS PÚBLICOS PORTEÑOS
ESTO ES TIERRA DE NADIE

por Santiago Meilán

Días atrás, cuando aún era asistenta del área psicológica de Medicina Laboral del Go­bierno de la Ciudad de Buenos Aires, Andrea Gómez advertía sobre la creciente de­manda de maestros en el servicio de educación pública de la capital Federal y evaluaba que ya era tarde para hacer macha atrás con la cantidad de revocaciones que superaba al centenar en el apto psicofísico que ella misma había firmado.
Las características particulares de esta etapa de los servicios públicos metropolitanos están supeditadas al bienestar económico relativo que se vive en Buenos Aires. Este contexto de bonanza económica ha determinado que familias migrantes de países veci­nos hayan establecido su residencia definitiva en la Capital y el Conurbano. Por este motivo los servicios públicos, con especial incapie en Educación y Salud, se ven com­pletamente superados respecto de una situación que se reagrava por arrastre de insufi­ciencias heredadas de gestiones anteriores.
La puerta de salida de Andrea Gómez del servicio de Medicina Laboral que funciona en el antiguo hospital albergue Rawson, de Parque Patricios, lo constituyó la nota que concediera la psicóloga para el diario Clarín (13-04-2008) con motivo del escándalo de los chicos que pagaban sus entradas a las discos en Vicente López a cambio de favores sexuales. A partir de que asumieran las nuevas autoridades en dicha dependencia del Gobierno de la Ciudad, circunstancias simultáneas que esos días explotaron, muchos de sus profesionales fueron obligados a publicar el balance de su ges­tión como condición para poder dejar su puesto.
La nueva situación que afrontan las instituciones de la Ciudad, la pauperización de las selecciones de personal, sumado a la migración interna de la que se advierte, como así también de un nuevo problema, que se mantendrá latente por un tiempo dado, pero que las directoras de los servicios educativos ya ponde­ran. Laura Pardo de Müller, directora de la Esc. nº 3, del Instituto Fernando Félix Ber­nasconi, menciona el problema de los hijos de padres bolivianos, peruanos y paragua­yos, que por bienestar económico “han decidido establecerse a vivir en la Ciudad y sus alrede­dores, los cuales gracias a una tarea pedagógica de renombre, se han ido incorporando a los contenidos generales que se les imparte al resto de los alumnos, a partir de proyectos de integración”, con foco en la violencia y el medio ambiente. Pero señala que ya “han sido consultadas por los chiquitos de inmigrantes africanos, los cuales aún frenados por barreras idiomáticas, no han recalado en el país, pero que el problema ya les plantea inconvenientes que serán imponderables en los próximos 6 o 7 años.”
Esto nos advierte la complejidad del problema. Los funcionarios que se desempaña­ban en el Rawson, desplazados por la nueva administración de Mauricio Macri, al mismo tiempo denuncian las serias intenciones del nuevo intendente respecto del pro­yecto de vaciar el área, geográficamente hablando, la cual junto a los Hospitales Borda, Muñiz y demás terrenos pertenecientes al Malbrán y al ferrocarril de cargas del Sur, constituyen un interés inmobiliario desconocido aún por los vecinos de otros barrios. Los operarios inmobiliarios de la zona señalan a su vez que “los habitantes de Parque Patricios aún no se han concientizado como en otros ba­rrios de la Capital Federal, y las intenciones económicas de quienes apoyan al actual intendente, con limpieza de Riachuelo incluida, no se presentan como una amenaza tan cierta como lo es ya para los empleado cesanteados en la égida de la Municipalidad porteña.” señalaba