La nuvola YPF-REPOL-ENARSA

Un legendario amigo de los especuladores bursátiles, un acróstico suficientemente usado en los noventa para otorgar credibilidad a los balances contables de las grandes empresas, el EBITDA, (earnings before interest, taxes, descounts and amortisation), vuelve de la mano de los inversores internacionales en esta nueva etapa que comienza con el mandato de la primer mujer presidenta de la Argentina.

Muy lejano a los términos de intercambio en los International Stock Exchage Market de la antigua Europa, los acrónimos atraviesan hoy el mar de las colocaciones moneta­rias. Sin tener en cuenta ya el yield, que era la ganancia bruta de una inversión, o el clean pryce, que era el resultado de acrecentamiento sumado a la ganancia del Jefe de Bolsa, es decir el Estado, en lo sucesivo comenzará a hablarse de, anotemos, T. I. R., que no es una marca de lubricante para autos, y P. P. V. (promedio ponderado de vida), la medida keynesiana llamada también duration.

Finalmente se ha cerrado la novela “YPF-REPSOL”.

Sin embargo existe algo en todo su argumento que no encaja. A simple vista el nuevo interés de Repsol por las últimas licitacio­nes abiertas en el Brasil desde que Petrobras fuera readquirida por el Gobierno vuelve sospechosos los intereses de dicha empresa española respecto de los intereses particula­res de Argentina. Muchos dicen que su generosa inversión en YPF, allá por los años 98 cuando las papas quemaban, sólo fue una punta de lanza para luego desembarcar sobre territorio carioca.

Hace exactamente un año se firmaba el acuerdo multi-país sobre exploraciones en dos áreas específicas de la República Argentina, una situada frente a Mar del Plata, la otra en Tierra del Fuego. Hacia la misma fecha se publicaban las bases de concurso público para constituir la Base de Datos de Hidrocarburos, perteneciente al período 2007-2008. En el medio sucedieron algunos sucesos que empantanaron la cancha.

Por un lado el acto multitudinario de Chávez en el estadio de Ferrocarril Oeste, a horas de que George Bush hijo arribara a Buenos Aires, y luego la consabida gestión del jefe de Estado republicano en la región por el tema de los biocombustibles. Lo cierto es que los acuerdos firmados por Antonio Brufau y el Enarsa irían más encaminados a reconstruir el eje de intercambio entre países por la biodiversidad, arrasada por la im­pronta del jefe de Estado de EE. UU.

Como se afirma en la editorial del diario Clarín de hoy, el espaldarazo que aventó Kirchner y su esposa Cristina, al elegir la asunción de Mario Das Neves en lugar de asis­tir la asunción de Mauricio Macri, llevaba todo un correlato de cooperación entre la Provincia de Río Negro y el Enarsa.