POLÍTICOS DEPORTISTAS

por Santiago Meilán


¿Qué pasa? ¿Cuál es el motivo por el cual vuelven a estar de moda los políticos deportistas? No se trata de meros aficionados a la vida sana, al mejor estilo Cleto Cobos o Marcelo Tinelli. Esta vez todo un boom de deportitas amedallados protagonizan los comentarios de la política local.

Tal vez todo empezó con Reutemann y Scioli. Seguramente la metáfora de la gloria sirvió a sus padrinos para manotear algún triunfo provincial. De los mencionados, sin duda Scioli fue el caballito de batalla de al menos tres presidentes, y quien se hizo de la gobernación de la provincia más caliente del país.

Y ellos constituyeron sólo el primer paso a un recurso que da de comer hasta el día de la fecha. Sin ir más lejos, Carlos Espínola, en la misma rama que Scioli, hoy desempeña el cargo de intendente, y no es el único con ofrecimientos para la vicepresidencia.

Hace no mucho, Agustín Pichot renunciaba al ofrecimiento de Mario Das Neves para acompañarlo en el 2011.

Como si toda una filosofía de la disciplina los convirtiera en números fijos para las encuestas, todos quieren sacarse la foto con ellos y tenerlos en sus listas. Pero esta verdad de Perogrullo no es suficiente para entender el fenómeno, como si algo de la lógica del esfuerzo sirviera también para la función pública.

Es emblemática la neutralidad que caracteriza al deportista respecto de la vida política. Sin embargo hubo casos como el de Gatica, en los que el líder se proveía del afecto de un deportista para la foto, como también todo lo contrario, baste recordar el púgil Rocha de Cuarteles de invierno, de Soriano.

Y como no podía ser de otra manera, el PRO no iba a bajarse de esta movida deportera. Y fue entonces que Gabriela Michetti ni corta ni perezosa se consiguió su propio candidato con divisas. Esta vez en el rally, tal vez intentando exorcizar la rémora menemista, viajó a la ciudad de Mendoza para apoyar a Orly Terranova, campeón en el último Dakar, para que acompañe a la fuerza de Macri en las próximas elecciones de concejales.

Como toda moda, que de tanto en tanto reaviva fantasmas como los de Uriburu, esgrimista versado, o el mismo Menem, basquebolista aunque amateur, tal vez sólo haga falta esperar que, ya que estamos, Maradona resigne toda intención eleccionaria y pueda en el campeonato de este año hacer soñar a la Argentina con una buena representación ante el mundo.