Estos ejercicios son para favorecer el
movimiento plástico del tronco y otorgar expresión a la posición erguida, y
deben realizarse luego de haber relajado las 24 piezas vertebrales de la
columna.
1-aprovechando la posición de acostado,
volver a flexionar las rodillas, dejándolas en posición paralela una de otra y
juntando talones con nalgas,
2-en forma alternada, extender cada una de
las piernas y elevar la planta del pie ubicándola en la forma más paralela
posible al plano del techo, lo más perpendiculares posible al piso, formando
una L entre torso y pierna: para aliviar la tensión en los cuádriceps se debe controlar a cada momento la
respiración, inhalando al subir, y masajeando la zona lumbar con respiración
armoniosa mientras se sostiene la pierna en alto, y finalmente exhalando
lentamente al bajar; reiterar varias veces con una y otra pierna
3-de pie. Comenzar a aflojar la tensión
producida por el ejercicio anterior, inhalando profundamente y haciendo rotar
la última cervical, y una a una, bajando y arqueando el torso hasta exhalar por
completo; al llegar a la zona lumbar baja, se debe hacer rotar a su vez las
esferas de los trocánter sobre la cavidad de la cadera correspondiente,
flexionando ligeramente las rodillas; dejar caer por completo el peso del
tronco y volver a extender rodillas
4-flexionar rodillas y usando del impulso,
rotar las esferas de los fémures hasta incorporar lo más lentamente posible las
5 vertebras coxales, las cuales aunque no poseen articulación sensible entre
ellas, la tienen; e ir enderezando una a una las piezas de la columna hacia
arriba, ayudando con la energía de expansión de la/las inhalación/es; repetir
varias veces
5-finalmente, una vez más ayudados por el
sostén que brinda la inhalación, hacer rotar los trocánteres y bajar lo más
posible el tronco de la manera más firme que se pueda a medida que se exhala,
de manera de ponerlo en paralelo con el piso, formando una L con las piernas;
este ejercicio puede requerir de ayuda para evitar encorvar la columna a medida
que se la rota sobre la cadera; sostener con respiraciones breves, y desplomar
dejando caer el peso de todo el tronco, y principalmente de los hombros contra
el suelo
6-repetir varias veces, incorporando cada
vez la espalda de manera alternada según se hizo en 4, o bien, cuando el tono
muscular lo permita, ascendiendo el tronco en forma recta y sin curvar,
ayudándose de la inhalación, sosteniéndolo en ángulo recto con la cadera unos
instantes antes de incorporarlo completamente. Ya sea vértebra por vértebra, o
extendido, tanto la liberación del peso como la incorporación del mismo debe
estar precedido por la rotación de las cabezas de los fémures en la cadera
Oscar E. Asent
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